Tuesday, March 29, 2011

SABIDURIA, LA VOLUTAD DE TOMAR BUENAS DECISIONES

Entonces me invocarán, pero no responderé; me buscarán con diligencia, pero no me hallarán; … porque odiaron el conocimiento, y no escogieron el temor del SEÑOR,
Proverbios 1:28,29 (LBLA)

Al principio cuando Dios nos creó, el regalo más precioso que Dios nos dio fue la voluntad propia. En realidad esto es lo que verdaderamente nos distingue de todo el resto de la creación. Es la capacidad de tomar decisiones, decidir entre el bien y el mal, de amarlo o rechazarlo, de obedecerlo o rebelarnos en contra de Él. Desde el principio Dios deseó no crear “robots”, sino personas que lo amen y obedezcan como una acto de su propia voluntad.

Cada día, en cada momento, somos confrontados con la opción de agradar y obedecer a Dios o de hacer nuestra propia voluntad. En ello, debemos de comprender que hay consecuencias en cada una de nuestras decisiones equivocadas. No podemos esperar que Dios responda a nuestro clamor, nuestras oraciones, y cuando lo buscamos, sino estamos dispuestos a incluirlo y obedecerlo.

Aunque por más de quinientos años se ha dialogado sobre si tenemos “libre advedrio” o somos predestinados. Creo que hay un punto intermedio que Dios ha deseado que nosotros sometamos nuestras voluntades a su voluntad. Las palabras de Jesús resuenan a través de las edades: “no se haga mi voluntad, sino la tuya.”, estas nos muestran que el destino de Dios solamente puede ser logrado cuando sometemos nuestra voluntad a la Suya.

Cuando logramos incluir a Dios en nuestras decisiones, entonces y solamente entonces, Él clarificará y definirá nuestro destino. Respaldando, protegiendo y guiándonos, para que logremos alcanzar nuestro destino, viviendo nuestra vida a todo su potencial.

Wednesday, March 16, 2011

SABIDURIA, RECONOCIENDO NUESTRA PROPIA RESPONSABILIDAD

Cuando venga como tormenta lo que teméis, y vuestra calamidad sobrevenga como torbellino, cuando vengan sobre vosotros tribulación y angustia.
Proverbios 1:27 (LBLA)

La naturaleza humana, muchas veces, nos lleva a querer culpar a otros por los problemas que enfrentamos en la vida. Lo primero que hacemos cuando las cosas no nos sale bien, es buscar afuera de nosotros, en otras personas, quien es el responsable de nuestra condición. Hay veces que aún queremos culpar a Dios, como lo hizo Adán diciendo: “la mujer que TÚ me diste”.

Cada vez que nos encontramos en una encrucijada, no sabemos que camino tomar, estamos enproblemados, debemos de primero considerar nuestras propias acciones, palabras o decisiones. Que es lo que nosotros hemos hecho que ha causado la situación que estamos viviendo hoy. Cosechamos lo que sembramos, este es uno de los principios más fundamentales y principales de la vida. No podemos invalidarlo, pero si podemos corregirlo.

Dios no nos cubre, o protege, de estas consecuencias, sino que las usa para corregirnos, confrontarnos y redireccionarnos hacia nuevos destinos. Primero el trata con nuestras intenciones, cambia nuestras expectativas, nos lleva a confrontar nuestras acciones, para llevarnos a un nuevo nivel en Él.

Si ignoramos nuestra propia responsabilidad, a la misma vez culpando a otros, nunca lograremos poner orden en nuestra propia manera de tratar con las situaciones que enfrentamos a diario. El éxito lo encontraremos cuando dejemos de negar la realidad de lo que nos ocurre, responsabilizarnos de nuestras decisiones y aprendamos a no cometer de nuevo los mismos errores del pasado.

Monday, March 7, 2011

SABIDURIA, EL CONSEJO Y LA CORRECCION CONQUISTAN EL TEMOR…

También yo me reiré de vuestra calamidad, me burlaré cuando sobrevenga lo que teméis.
Proverbios 1:26 (LBLA)

Uno de los elementos que domina más nuestra cultura moderna es el temor, profundamente manipulando y limitando la sociedad. La economía está controlada por los temores de las personas, el gobierno y muchos pastores lo usan para hacer que la gente los sigan. Ya se ha vuelto parte de la cultura diaria de nuestras vidas. Hasta la ciencia moderna la ha definido como “phobia”, clasificando más de cuatrocientas phobias reconocidas. Vemos como la sociedad ha sido gobernada por sus temores, irrisoriamente contradiciéndose en su análisis de este mal.

La Biblia no lo clasifica con un mal psicológico, sino como un problema espiritual. Vemos inicialmente como el sentimiento natural de autodefensa puede llegar al punto que se vuelve pecado, cuando nos controla y paraliza. En ese punto se ha convertido en un pecado, porque está creando una desconfianza en la capacidad de Dios para no permitir lo que estamos temiendo. La realidad es que el temor se vuelve en un elemento contrario a la FE, la cual es el poder y la acción que se agarra de la omnipotencia de Dios.

¿Cuántos de nosotros hemos dicho repetidamente: “me lo temía”? Especialmente cuando estamos confesando que por mucho tiempo hemos sentido que algo nos ocurriría, y así es.

La Fe es la que motiva y acciona a Dios a nuestro favor, declarado en las escrituras: que “sin fe es imposible agradar a Dios” (Hebreos 11:6). La fe acciona a Dios a nuestro favor, logrando alcanzar lo que ha sido prometido o es necesario obtener en la vida. Contrariamente, el temor hace lo mismo con el enemigo, es la “acción” que activa al enemigo y cumple con lo que más hemos temido. Llegando a ser un espíritu que nos controla, el cual no viene de Dios, sino del mismo enemigo.

Aparte de ser un sentimiento y un espíritu, vemos que el temor puede ser parte del trato de Dios con nosotros, para hacernos volver a sus caminos. La única forma de conquistar los temores es sometiéndonos y agarrándonos de Dios, creyendo que Él es suficiente capaz cumplir sus promesas. Permitiendo que Dios limpie nuestros corazones de toda contaminación de espíritus de temor que hemos permitido que obren dentro de nuestras vidas. Pero mucho más, debemos de atender y aplicar los sabios consejos que Dios nos ha dado en Su Palabra. Por medio de ella, alcanzaremos una total libertad de las cosas que nos están limitando.