Monday, September 26, 2011

SABIDURIA, LA CONFIANZA QUE QUEBRANTA EL TEMOR

Cuando te acuestes no tendrás temor, sí, te acostarás y será dulce tu sueño. … No temerás el pavor repentino, ni el ataque de los impíos cuando venga, … porque el SEÑOR será tu confianza, y guardará tu pie de ser apresado.
Proverbios 3:24-26 (LBLA)

Dentro del ámbito de nuestra vida Cristiana, hay dos fuerzas totalmente distintas y opuestas que están luchando por atraernos; una para edificación y la otra para encadenarnos y limitarnos.  De un lado tenemos el temor, con sus cuatrocientas y más fobias que su única intención es de llevarnos cautivos, estorbándonos para que nunca logremos vivir y alcanzar todo lo que Dios nos ha dado. Cada fobia, abiertamente reconocida por los doctores, psicólogos y psiquiatras como problemas viables y diagnosticables.  Desafortunadamente, muchas de ellas totalmente contrarias la una de la otra, llevándonos a una total incomprensión del problema fundamental del ser humano.

El temor es generado dentro de cada uno de nosotros cuando algo nos ha ocurrido que nos altera, hiere, sorprende, o vuelve inseguros.  El temor nos vuelve hipersensibles al ambiente que nos rodea, volviéndonos “cautelosos” porque no queremos que algo nos vuelva a suceder o, preventivamente, queremos protegernos de lo que creemos que nos pudiera ocurrir. Si el “temor” fuera solamente un acto de prevención personal, no sería malo, sino que nos lleva siempre a los extremos subyugándonos y no permitiéndonos lo que debería de ser un acto normal para nosotros.

Totalmente contrario al temor, tenemos la fe; la cual ve lo que puede ocurrir, pero sabe quien tiene el soberano control sobre nuestras vidas y destinos.  La tendencia humana es llevarnos a poner nuestros ojos en los seres humanos, o desafortunadamente, en nosotros mismos.  Creemos que alguno puede protegernos y guardarnos del mal que “pudiera” acontecer.
El temor nace, cuando hemos sido defraudados en esa fe que hemos puesto en las cosas, personas, o la misma religión.  El temor y la fe llegan a ser totalmente contrarios, porque lo que la fe es para Dios, el temor es para el enemigo; una motivación que abre puertas en nuestras vidas en donde él nos puede atacar.

La fe más pura y madura se manifiesta cuando estamos dispuestos a confiar total y plenamente en Dios, no importando de las circunstancias que estamos enfrentando, o lo que pudiera estar sucediendo a nuestro derredor.  La confianza se vuelve el único lugar de descanso, porque conocemos en quien nosotros hemos creído. Hoy más que nunca, ante el clima generalizado de inseguridad, los hijos de Dios nos encontramos con la decisión: vamos a poner nuestra esperanza y mirada en las cosas que nos rodean o estamos dispuestos a pesar de lo que naturalmente está ocurriendo creeremos y aceptaremos que Dios es suficiente y poderoso para salvarnos, protegernos y librarnos en medio de los problemas.

Monday, September 19, 2011

SABIDURIA, SEGURIDAD VERDADERA

Entonces andarás con seguridad por tu camino, y no tropezará tu pie.
Proverbios 3:23 (LBLA)

En el mundo en que vivimos, experimentamos tremenda inseguridad y desasosiego; sin generalizarlo, casi pudiéramos decir que no hay lugar seguro, muchos de nosotros estamos afanados por nuestra propia seguridad y la de los nuestros. He tenido la oportunidad de viajar en muchísimos lugares, algunos de ellos sumamente inseguros. Nuestra reacción natural es la de vivir y andar temerosamente, todos los momentos del día; asegurándonos de que nadie nos sigue, que las puertas están cerradas con doble candado, que no vamos a lugares inseguros, o que no nos exponemos al mal.

Si el temor que sentimos es el resultado natural de haber logrado un nivel socio-económico alto y sentimos que somos blanco de los celos o las malas intenciones de los demás, sería razonable que tomáramos medidas precautivas. Más vivir atemorizado por lo que pudiera, o no, ocurrir, no es la genuina intención de Dios. Aún en la prosperidad, Dios desea darnos paz y tranquilidad para que la gocemos. Ojala que llegue el momento que aprendamos a descansar en el Dios soberano y todopoderoso, quien nos pueda cuidar y proteger de todo el mal que el mundo querrá hacernos.

Hay momentos en los cuales le he preguntado a Dios: ¿Hasta dónde llega mi responsabilidad propia, y cuando comienza la tuya? He percibido que Dios me ha respondido, ratificándome que cada uno de nosotros somos responsables de andar “prudentemente”, nunca presunciosamente, simplemente porque creemos que Dios nos hace inmunes o invencibles.  Dios nunca será un amuleto de buena suerte que nos proteja de cosas, sino que Él nos ha prometido que en medio de nuestros conflictos no nos dejará o abandonará.

Cada uno de nosotros debemos de considerar nuestros caminos, sabiamente determinar que es lo que debemos o no nos conviene hacer.  Con inteligencia y conocimiento, debemos dejar que nuestro entendimiento espiritual nos guie, alertándonos de los peligros eminentes que pudieran estar frente a nosotros; lamentablemente, por nuestro sentido de responsabilidad o, sencillamente, un emocionalismo hacemos cosas que pudieran ponernos en peligro, así llegando a estar propensos a desviarnos de todo lo que Dios desea hacer en y a través de nosotros en la humanidad.

Tuesday, September 13, 2011

SABIDURIA, SU ADORNO A DERREDOR NUESTRO

Hijo mío, no se aparten estas cosas de tus ojos, guarda la prudencia y la discreción, … y serán vida para tu alma, y adorno para tu cuello.
Proverbios 3:21-22 (LBLA)

Para el mundo en que nos movemos, las apariencias son lo más importante, por eso es individualmente la mayoría de personas gastan una pequeña fortuna, a través de su vida, en productos de higiene personal y maquillaje, sin incluir los que regularmente se hacen tratamientos de “belleza”.  Algunos se someten a procesos  quirúrgicos aún más extremos y costos para querer parar el proceso de envejecimiento o, solamente,  alterar su aspecto natural.

Lamentablemente, algunos de nosotros no nos gusta lo que Dios nos ha dado, si tuviéramos el poder de cambiar algunas cosas lo haríamos; probablemente cambiaríamos el aspecto de nuestro rostro, la altura, el color de la piel, el aspecto del pelo, o primordialmente el peso.  Muchos debemos de aprender a llegar al contentamiento de lo que somos, aprender a vivir con lo que Dios nos ha dado o hecho. Razonablemente, hay cosas como el peso, que con un poco de determinación y disciplina tenemos la capacidad de controlar permanentemente.

La verdadera belleza eternal no es aquello externo, que con el tiempo envejece y muere, sino la que verdaderamente brilla y la que nos hace atractivos y aceptables a los demás.  El resultado principal de la belleza física es una relación superficial, pero si estamos buscando relaciones duraderas y profundas debemos de buscar encontrar dentro de nosotros la belleza que es sustentada por la sabiduría.

La sabiduría, en todas sus manifestaciones tales como: prudencia, entendimiento, discernimiento, así como los demás; estas obran un cambio profundo en la forma que nosotros vemos el mundo y el futuro, como nos relacionamos con las demás personas, y sobre todo, altera el proceso de la toma de decisiones diariamente, ahuyentando las equivocaciones que pudieran robarnos la paz, el gozo, y el descanso. Tales cosas nos llevan a vivir una vida deprimida, amargada y ansiosa, las cuales se vuelven la manera más rápida de perder nuestra hermosura y atracción.

Monday, September 5, 2011

SABIDURIA, HERRAMIENTA DIVINA PARA CREACION Y RESTAURACION

Con sabiduría fundó el SEÑOR la tierra, con inteligencia estableció los cielos. … Con su conocimiento los abismos fueron divididos y los cielos destilan rocío.
Proverbios 3:19-20 (LBLA)

A través de los siglos, desde la creación, Dios se ha vuelto nuestro mayor modelo, mostrándonos como usó la sabiduría para crear orden en medio del caos, como crear algo de la “nada”, como darle vida a algo que estaba muerto, como aprovechar lo que tenemos a la mano y hacerlo algo increíblemente bello y de bendición a muchos.  

Cada uno de nosotros, constantemente enfrentaremos situaciones en nuestras vidas, o aún en las vidas de los que Dios ha puesto cerca de nosotros, que se podrían parecer a Génesis 1:2 “desordenada y vacía”.  Hay momentos que muchos de nosotros sentimos que nuestras vidas, matrimonios, familias, amistades y empresas están en caos, que en alguna forma ha habido muerte (sea emocional, espiritual o financiera) y que ya no hay esperanza.

En esos momentos creeríamos que debemos de acabar con todo, para comenzar de nuevo. Algunos pensamos que nada bueno puede salir de lo que estamos viviendo; otros motivamos por la desesperación desearíamos olvidarnos del pasado, para empezar a vivir una nueva experiencia.  El problema con todas estas soluciones es que muchos de los problemas están dentro de nosotros, no podemos continuar haciendo lo mismo y esperar resultados diferentes.

Siguiendo el modelo de Dios, debemos de caminar sabiamente en esas cosas que parecen imposibles, y veremos como Dios puede ayudarnos a traer orden del caos en que nos encontramos.  Podremos ver como de lo que parece muerto, y perdido, con nuestras sabias decisiones, Dios puede dar vida.  Dios nos puede ayudar a utilizar y aprovechar lo que tenemos a nuestra disposición para producir algo bello y que sea de bendición a muchos.