Monday, May 30, 2011

SABIDURIA, UNA DISCRECION LIBERTADORA

Porque la sabiduría entrará en tu corazón, y el conocimiento será grato a tu alma; … la discreción velará sobre ti, el entendimiento te protegerá, … para librarte de la senda del mal, del hombre que habla cosas perversas;
Proverbios 2:10-12

Creer que pudiéramos vivir en total libertad sin la sabiduría, sería incoherente. La Sabiduría es la única que nos ayuda a comprender y discernir la diferencia entre el bien y el mal, la cual comienza siempre dentro de nuestros corazones.  Todo depende de los que hemos puesto, llenado o derramado dentro de él, porque solamente podemos sacar del corazón lo que allí hay.  

La tentación viene en diferentes formas y maneras, muchas de ellas sutilmente nos envuelven dentro de sus redes. En una forma normal o natural, es casi imposible discernir las estrategias por las cuales nos desea llevar a la esclavitud y el desenfreno. Muchas veces nos atraen con promesas, halagos, alabanzas o con diciéndonos exactamente lo que deseamos escuchar.  En una forma, lo único que nos ayuda a discernir el bien y el mal es la sabiduría que puede morar dentro de nosotros.

A los empleados de los bancos, los trabajan durante muchísimos días solamente con billetes verdaderos, acostumbrándolos a lo verdadero, porque saben que cuando un billete falso se infiltra en el montón de verdaderos, la persona inmediatamente lo discernirá. De esa misma forma es como trabaja la sabiduría en nuestras vidas, volviéndose la sensibilidad interna que clama cuando algo falso nos quiere esclavizar y llevarnos cautivos.

La sabiduría vela por nosotros, no descansando en ningún momento, protegiéndonos de todo mal. Sabe que el mal no descansa, buscando cualquier momento propicio, cuando estamos con las defensas bajas o distraídos, para hacernos caer, tropezar, estorbarnos o limitarnos en nuestra efectividad como hijos de Dios y como creyentes.  Recordemos que Jesucristo no lo insto que debemos de estar “alertas, porque el adversario … anda buscando a quien devorar.”

Tuesday, May 24, 2011

SABIDURIA, SABIENDO DISCERNIR ENTRE EL BIEN Y EL MAL

Entonces discernirás justicia y juicio, equidad y todo buen sendero;
Proverbios 2:9

Desde el principio de la creación, encontramos dentro de cada uno de nosotros la tremenda lucha entre el bien y el mal.  Dios deseo que nosotros eternamente pudiéramos vivir en permanente inocencia, solamente conociendo la verdad, la honestidad, y la confianza.  Más dentro de cada uno hay ese increíble don de la “voluntad propia”, la capacidad impartida por Dios para que tengamos el derecho inherente de tomar decisiones.

Cuando Dios nos creo, Su profunda deseo era de que “decidiéramos”, como un acto de nuestra voluntad, el obedecerle porque le amamos y confiamos en Él.  Más cuando pecamos, se cumplió que Dios pronostico, que conoceríamos la diferencia que hay entre el bien y el mal. Con ese entendimiento viene una increíble responsabilidad de saber como manejar ese conocimiento.

El conocer el mal, no es difícil, por la condición pecaminosa que nos gobierna constantemente; más el conocer la diferencia y permitirle al bien que nos gobierne, si requiere una profunda convicción y determinación de nuestra parte.  Entre más conocemos y experimentamos la verdad, más discerniremos la sutil diferencia que muchas veces hay entre ambas.

El camino al éxito depende de nuestra capacidad de caminar en sabiduría, conociendo la diferencia entre el bien y el mal.  Entre más nos empapamos de las cosas de Dios, más fácil será el conocer y decidir hacer continuamente el bien en nuestras vidas.

Tuesday, May 17, 2011

SABIDURIA, LA ANTESALA DE LA PROSPERIDAD

El reserva la prosperidad para los rectos, es escudo para los que andan en integridad, ... guarda las sendas del juicio, y preserva el camino de sus santos.
Proverbios 2:7-8 (LBLA)

Si hay alguna cosa que pudiera definir a Dios, debería de ser la “sabiduría”, porque no podemos verdaderamente conocer la sabiduría sin que primeramente conozcamos a Dios.  La sabiduría emana de la profunda relación que pudiéramos alcanzar en Dios, sin Dios lo único que nos queda es entendimiento experimental, adquirida por medio de un proceso educativo.  La sabiduría es el resumen del conocimiento natural, más la impartición de la gracia de Dios sobre nuestras vidas que nos da la capacidad de caminar superiormente a lo que nos rodea.

La sabiduría impartida por Dios es la que nos abre las puertas para que logremos alcanzar genuina prosperidad, aquella que está reservada para los que Dios favorece con Su gracia, así como lo hizo con Salomón.  Cuando nuestra intención es la búsqueda de la sabiduría, lograremos todo lo que nuestro corazón verdaderamente desea, nuestra vida no estará dominada por los límites normales.

Si lo que buscamos es la sabiduría, rápidamente se vuelve nuestro protector, como un escudo a nuestro derredor, cubriéndonos en integridad y guardándonos en los caminos de justicia.  Estos últimos no son simplemente el resultado de una buena intensión, sino de una vida dirigida y gobernada por la sabiduría.

La Integridad y la Justicia se vuelven el resultado de un accionar dominado por una sabia determinación y voluntad de hacer el bien en todo tiempo.  Cada uno, en muchos momentos, tenemos la oportunidad de hacer lo que no es correcto, sin el temor a la repercusión.  Más lo que nos guarda, nos retiene de hacer el mal, es la sabiduría, la voluntad de querer agradar a Dios y el entendimiento que un placer pasajero no se puede comparar con el valor de una vida entera llena de integridad.

Monday, May 9, 2011

SABIDURIA, UN DON DE DIOS

Porque el SEÑOR da sabiduría, de su boca vienen el conocimiento y la inteligencia.
Proverbios 2:6

Nos podríamos preguntar: ¿Cuál es la diferencia entre la sabiduría, y el conocimiento e inteligencia?  En realidad son tres diferentes cosas que pueden impactar simultáneamente nuestras vidas.  Cuando nosotros somos concebidos,  conjuntamente con nuestro ADN, cada uno de nosotros traemos un potencial, una capacidad, de Coeficiente de Inteligencia.  Este no es necesariamente nuestra inteligencia, más la agilidad natural para aprender y captar lo que percibimos y recibimos a nuestro derredor.  Más ese nivel es determinado por nuestra disposición de disciplinarnos en el aprendizaje.  

Aunque llega un punto en la vida del individuo que ya no puede aumentar su inteligencia con las herramientas normales del estudio, sabemos que Dios puede impartirnos inteligencia. Juntamente con esa capacidad, Dios puede derramar sobre cada uno de nosotros su conocimiento de las cosas naturales, para que nosotros tengamos éxito en todo lo que impusiéremos nuestras manos para hacer.

Más todo esto está limitado al conocimiento humano y natural, que puede ser aprendido en una clase de estudios o en alguno tiempo de material didáctico que esté accesible a nosotros.  Llegará el momento en nuestras vidas, cuando esto es insuficiente para lo que estaremos enfrentando.  En ese momento es cuando necesitaremos que Dios nos imparta su Sabiduría, la cual no depende de los natural o lo que podremos adquirir con nuestra propia destreza o sacrificio.  La Sabiduría es la suma de la impartición de Dios que se edifica sobre el conocimiento humano que hemos alcanzado, llevándonos a entender, conocer y comprender lo que naturalmente no esta disponible.

La Sabiduría es un don de Dios, que  Él nos imparte unilateralmente, conforme a su vasta voluntad, de la cual no somos merecedores, sino es recibido como un regalo directamente de las manos de Dios. Para lograr alcanzar este don debemos de estar dispuestos a buscarlo insistentemente con todo nuestros corazones, y sólo allí lograremos encontrarlo.

Monday, May 2, 2011

SABIDURIA, EL CAMINO HACIA UN DESTINO SEGURO

Da oído a la sabiduría, inclina tu corazón al entendimiento; … porque si clamas a la inteligencia, y alzas tu voz al entendimiento, … si la buscas como a plata, y la procuras como a tesoros escondidos, … entonces entenderás el temor del SEÑOR, y descubrirás el conocimiento de Dios.
Proverbios 2:2-5 (LBLA)

Al final de la vida, cuando estamos al punto de entrar a la eternidad, la realidad de nuestra vida nos confrontará, cuestionándonos si hemos sido fieles en lograr alcanzar lo que es verdadero y eterno. Lo material y físico son meramente temporales, y cuando muramos, dejaran de ser para nosotros. Por esa razón, debemos de estar diariamente consientes de esta realidad y luchar con todo nuestro corazón por adquirir lo que es genuino y duradero, lo que puede transcendernos aún después de la muerte.

Entre las cosas más deseables en nuestra vida, deberíamos incluir dos que muchos pasamos por alto: el temor de Dios y el conocimiento de Dios.  Ambas tienen que ver una con la otra, aun siendo completamente diferentes.  El temor de Dios esta caracterizado por el respeto que le demostramos a Dios en todo lo que hacemos o decimos, aún cuando parece que Él pudiera estar ausente. El conocimiento de Dios, no solamente es lo que Dios guarda y conoce dentro de si mismo, sino comienza con que le conozcamos a Él íntimamente, alcanzando tener un certeza de quien Él es y lo que puede hacer.

Ambas son un resultado de una intima y duradera relación con Dios, la cual es el verdadero tesoro que debemos de añorar y buscar entrañablemente en nuestras vidas. Al buscarlo, lo encontraremos y con Él hallaremos todo lo que nuestro corazón necesita para una vida exitosa y llena de satisfacción.